Por William Alfonso Zapata Ríos

Abogado, Sociólogo, Especialista y Máster en Juventud  - 09/11/2024

Ahora los hijos crecen independientes a los padres, crecen sin pedir permiso a la vida, crecen con síndrome de superioridad y con cierta arrogancia hacia los adultos, por que según ellos son lentos para aprender de la tecnología, ridículos al vestir o demasiado viejos para sus bailes.

Me pregunto yo, ¿Dónde estarán los padres, que aun vivos, “al parecer sus hijos son huérfanos”?, padres que no acompañan. Donde quedaron las fiestas infantiles, los juegos con arena, los cumpleaños con payasos.

Esos padres pareciera que tiene temor de acercarse a conocer y disfrutar a sus hijos, no ponen normas, no exigen, quieren que los adolescentes tengan todo fácil, pero sin saberlo los arrojan a la calle, sin supervisión, sin acompañamiento, es fácil encontrar a jóvenes menores de edad a altas horas de la noche en los establecimientos de rumba.

En conversación con algunos padres los escucho decir; es que son muy independientes o ¿será que no queremos tenerlos cerca? ¿Que no deseamos ser responsables con una crianza?, ¿que permitimos que lentamente se salgan de nuestras manos?

Extraño esos padres que estaban allí en la puerta de la disco esperando que salgan sus hijos y deseando que no crecieran, extraño esos padres que al frente de un volante recogen a sus hijos con sus cabellos largos y sueltos, sus ropas anchas y su piercing, que no son otra cosa mas, que el uniforme de su generación.